martes, 10 de junio de 2008

...Mi último viaje!

He vivido un intenso y apasionante fin de semana... He estado en Madrid, y en la sierra, ¡precioso!..., pero no es de eso de lo que quiero hablar. He viajado en un coche que llevaba aceite de girasol en el depósito, (no es broma), con casi 40 bollos de pan hechos de forma artesanal, un montón de empanadas, los sacos de dormir, las mochilas, los instrumentos musicales, y tres estupendos compañeros de viaje... Pero de eso tampoco voy hablar....

Mi viaje de este fin de semana ha sido un viaje a lo más profundo de mi corazón y de mi alma... He viajado porque una de las personas que más quiero en este mundo, vive allí. Me he ido a compartir un lindo momento de su vida... Los kilómetros y las distancias, aún siendo grandes, se vuelven pequeñas, cuando la razón es profunda...
Siempre hemos sabido, amiga, hermana del alma, que tú y yo somos muy afortunadas por la preciosa y profunda amistad que la vida nos ha regalado, ¿cuantos años hace, 25, puede ser? ...¡Toda una vida!... Mi vida sin ti no se entiende, al igual que la tuya sin mí tampoco... Siempre juntas... Siendo niñas nos encontramos, y en este mundo hemos caminado unidas e independientes, hemos crecido, aprendido, contemplado, escuchado, descubierto, amado, sufrido, besado, abrazado, llorado, sonreído, luchado, equivocado, ... juntas y al mismo tiempo separadas... Sé, que se hace cierto lo que un día alguien cantó, "cambia, todo cambia".... Pero a pesar de ello hay cosas que permanecen inmutables en el corazón, la verdad profunda es que nos queremos sin condiciones..., y eso nos hace ser lo que somos, ni mejores ni peores...
Este fin de semana he visto que eres profundamente feliz, y aún sin palabras, en silencio he disfrutado de cada instante, de cada sonrisa, de cada abrazo, de cada mirada, de cada beso, de cada recuerdo... Y esto es posible, porque la vida te ha regalado un precioso ser humano para compartir existencia, camino y lucha en este mundo..., cosa por la que doy gracias...
Habéis tomado una decisión, creo que muy valiente, y habéis sabido ponerla en práctica de una forma preciosa, serena, con mucho amor, creatividad, sentido del humor..., de una forma muy honesta y coherente... Que bonito es tener la certeza de que más allá de ser creyente, ateo, agnóstico, ecologista en acción, activista, militante, independiente..., de tener un credo, una ideología, una tendencia política, cultural o social... Existe un punto común en lo humano, y en el trabajo por la dignidad de las personas, por la justicia...
El mundo nace cuando dos se besan, ¡recuerdas!, el poema de Octavio Paz. Pues el mundo que yo veo nacer entre vosotros en un mundo plenamente humano, ¡el mundo puede cambiar, porque personas como vosotros vivís en él, os amáis en él, trabajáis para transformarlo y creéis en ese cambio!
Más allá del precioso día de sol, de la diversidad de personas, del impresionante entorno, de la agradable y encantadora comida (¡impresionante paella!), de la música, las risas, de las cajas separadas para reciclar, de las sorpresas, de los momentos emotivos, de la familia, de los amigos, de la fiesta,... Más allá de todo eso está la certeza de que he realizado un precioso viaje en el que he visto que sois profunda y auténticamente felices... Nada más tengo que decir, salvo dar las gracias a esa persona maravillosa, que te ama sin condiciones..., y a ti, hermana del alma, sólo una cosa más... (con el permiso de Miguel Hernández)

A las aladas almas de las rosas, del almendro de nata te requiero, que tenemos que hablar de tantas cosas compañera del alma, compañera.


Feliz vida compartida. Te quiero.

... Más que nunca se hace verdad eso de que cada cosa llega en su momento. Recordaré, como siempre he hecho, los lugares por los que he pasado este fin de semana, las cosas que en ellos viví, las personas que me encontré... ¿Qué más pedir?... Nada... Me siento profundamente agradecida por mi último viaje...

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