Tengo esperanza

He aprendido a tener esperanza en el medio de las desesperanza. Es verdad, la vida me la ha regalado. Soy una persona con esperaza porque he aprendido a serlo, mientras caminaba lenta y pacientemente… A pesar de la dureza del caminar, me siento agradecida por haber aprendido, otra vez, a tener esperanza.

Este aprendizaje me permite comprender muchas otras realidades. Comprender como el que sufre también es capaz de tener esperanza, o como el que tiene miedo es capaz de vencerlo para vivir. También me permite ver que en lo pequeño, humilde y sencillo hay un poder de transformación infinito. Me permite creer en las personas, muchas veces, aunque ellas no crean en si mismas. Me permite amar en el medio de sufrimiento o luchar para que otros tengas vida, aunque parezca imposible.

Tener esperanza es el medio de la desesperanza, me ha transformado. La vida es esa aventura maravillosa que merece la pena ser vivida hasta las últimas consecuencias, a pesar de lo bueno y lo malo. Hoy, yo puedo afirmar esta verdad con mi vida. Hecho por el que doy las gracias.

Muchas veces, aunque chiquita, la esperanza permanece y te ayuda a escuchar, conocer y comprender el corazón de las personas que tienes frente a ti…

Recordando a Mono (M. Ende):

“..No obstante, había cambiado algo. De pronto, todo el mundo tenía tiempo de sobra… Cuando Momo volvió a darse cuenta de dónde estaba, vio que era la calle en la que antes había encontrado a Beppo. Y, efectivamente, ¡allí estaba! Estaba vuelto de espaldas a ella, apoyado en su escoba, y miraba pensativamente ante sí, como antes. De repente ya no tenía ninguna prisa, y no podía explicarse por qué se sentía tan consolado y lleno de esperanza...”