domingo, 2 de diciembre de 2007

Descubriendo tres ciudades...Londres-Manchester-Liverpool

Este post lo cargo con mucho cariño. Precioso e intenso viaje..., los olores, los colores, la luz, el frío, las personas, la arquitectura, el movimiento, los siglos de historia, la cultura, la gastronomía, el clima,..., todo en un tiempo fugaz, a penas unas horas. Atreverme a comprender, a descubrir, a mirar, a sorprenderme, a aprender, a compartir, a crecer... Con prácticamente una mochila, muy buenos compañeros de viaje y el reto de poner a prueba la propia resistencia y la de los demás. Sabiendo que con un poco de paciencia, sentido del humor, y mucho amor, uno puedo aceptar cualquier situación.

Durante unos días he sido una simple viajera, que no turista, que he compartido aventura con algunos de mis amigos. Muchas son las imágenes que me traigo grabadas en la retina y en el corazón. Me resulta prácticamente imposible describir con palabras lo vivido, pero os diré que yo me quedo con el Londres que descubrí a mediodía en un precioso día de sol, lo impactante que resulta el British Museum, o contemplar Londres caminando en un preciosa y muy fría noche de Noviembre a orillas del Támesis, el movimiento nocturno del Soho y Picadilly Circus, el sonido del Bing Bang dando las horas, la Tower Bridge iluminada al fondo, la música sonando a lo lejos, el vibrar de los puentes al paso del tren, los murales del metro, el London Eye inmóvil o los autobuses y taxis en constante ir y venir. La tranquilidad de las calles por la noche, (en ningún momento llegué a sentir miedo, aún siendo altas horas de la madrugada), la pinta negra, ¡un auténtico placer!, y ver como amanece en una ciudad que nunca duerme.

Manchester es hoy en día una ciudad universitaria con fuertes huellas industriales en sus construcciones, en las formas y los colores... Es un ciudad inquieta, que tiene muy presente su pasado. Es a destacar el tranvía que recorre la ciudad o Picadilly. Es impresionante la Biblioteca Central, el ayuntamiento, o la Gallery. Coincidió que se estaba celebrando el Markets Manchester, (tipo mercadillo-feria), ideal para comer, perderte entre la gente, descubrir pequeñas obras de artesanía o simplente mojarte con la lluvia mientras degustas un vaso de vino caliente con azúcar.
Bonito el paseo nocturno por los canales con una mirada fugaz sobre la catedral. La pinta negra en un típico pub de la ciudad, es para no olvidar jamás, por el sabor, el sonido, y la compañía. Manchester también tiene las típicas casitas victorianas, como en la que vive Natalia, y en la que nos quedamos una noche. Una ciudad para observar por el contraste de sus gentes y la convivencia de sus culturas.

Liverpool es una ciudad con encanto. Me he quedado con la miel en los labios, por las pocas horas que pasamos allí. Es una ciudad con puerto, con pequeños rincones para descubrir... Tengo un recuerdo bonito de la comida en un pub típico, con el fuego encendido, las luces en la calle, el ambiente tranquilo pero dinámico, y la comida buenísima. Otra de las cosas para recordar es la Cavern donde tocaban los Beatles, un ambiente impresionante y con música en directo... De Liverpool también recordaré la pinta negra, ¡como no!


...Intenso y precioso viaje por el que doy las gracias a la vida y a vosotros, amigos y compañeros de aventura. El mundo no deja de ser gigantesco, y los pequeños rincones que se reparten por todo el globo, no dejan de ser ejemplos del paso de las personas por esta vida. Esta vez he visitado un rinconcito en el Norte de este mundo, deseando poder visitar alguna vez un rinconcito del Sur.

Os dejo una pequeña selección de imágenes, que seguro expresan mejor que mis palabras, los que hemos visto y vivido.

La foto "no permitida" del metro londinense, en la estación de Victoria.

Visita al British. ¡Que chiquita me he sentido...!

Las Nereidas. Delante, Breo, Fredi y yo, ¡que bien protegida estoy, por los dos!

El Big Ben de noche, ¡impresiona!

El parlamento de Westminster.

Luna llena en la noche londinense. Imposible resistirse a su encanto...

Vista nocturna del Támesis, y ¡precioso paseo!

En "Picadilly Circus". Marta, (haciéndose el avión), Fredi y yo.

El palacio de justica... ¡Esta va por ti, amigo Fredi!

Una buena pinta de black beer en Manchester, en muy buena compañía...

Un bonito amanecer en casa de Natalia, (en la foto, centro). A su izquierda Marta, a su derecha estoy yo. Delante de mi, Breo y a su lado Fredi.

Una encantadora comida en un típico pub de Liveerpool. Con la chimenea encendida al fondo...

Un precioso paseo por las calles de Liverpool.

La Cavern de los Beatles, impresionante el ambiente, la cerveza, la música y la compañía...


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Junto a la ventana posado sobre un polvoriento catre yacía su pequeño bulto. Cuatro cosas que los tiempos pasados le habían reservado y que poseía con orgullo. Cuatro cáscaras que mostraban mucho más. Eran unos cuantos recuerdos vivos que recorrían sus venas, y hoy, con los primeros claros del día, los portaba dentro de sí. Ya no eran necesarias aquellas ornamentas huecas, allí permanecerían una vez cerrase la puerta a sus espaldas. Ya no cargaría con nada que no fuese preciso. Maduró lo suficiente como para desprenderse de aquello que jamás dejaría de formar parte de él. [...]
La puerta se abrió días más tarde. Otro ocuparía aquella estancia. Miró a su alrededor y encontraba colores desvaídos, muebles viejos todavía útiles y una tela violácea y blanca envolviendo unos objetos sobre la cama. Sin más resistencia que una simple lazada no le fue dificil descubrir el interior. Miró a su alrededor, la puerta, quiso bajar las persianas pero la ventana estaba desposeída de ellas. Creería que así custodiaría mejor el hallazgo... todavía no había aprendido.

Nos alegramos de tu viaje desde esta parte del globo. El sur también te espera.

Yolanda dijo...

Gracias Manco, por tus palabras y por la reflexión que de ellas he sacado...

Sólo quien ha experimentado el amor, que da y no pide, es capaz de desprenderse de sus ataduras, hasta las últimas consecuencias.
Aprender a liberar el corazón requiere de mucho valor. Esa clase de valor que vence el miedo a perder, sobre todo, lo que amamos más intensamente.
Doy gracias por las personas que ha descubierto esta verdad, y que me recuerdan lo mucho que me queda por aprender. Estoy segura de que hay cosas que sólo se pueden conocer profundamente, cuando se viven.


Ojalá nos regales más palabras como estas, Manco...