miércoles, 19 de diciembre de 2007

La Navidad en la que creo...

Yo no creo en la Navidad del despilfarro y del consumismo, la de los opulentos adornos de las calles, o los villancicos fingidos. En ese espíritu superficial que ha invadido esta parte del mundo, y que pone la felicidad de estas fechas en consumir, consumir, consumir....

Yo no creo que la Navidad sea una época para realizar gestos puntuales de buena voluntad, repartiendo lo que nos sobra y reconociéndonos solidarios. Ni para reuniones familiares, muchas veces, vacías de sentido, o para repartir regalos por compromiso...

El mundo grita de dolor por todas partes. Miles y millones de seres humanos, con rostro, están condenados al hambre y la opresión. Yo creo que es desde esa realidad, desde donde la Navidad cobra sentido. Saber que la esperanza aún chiquita, nace en lo pequeño, en lo sencillo, que se encienden luces a cada instante en el medio del sufrimiento, en muchos rincones del mundo, en cualquier momento del año, y que demuestran que el mundo puede cambiar. Esta es la Navidad en la que yo creo, en esos actos gratuitos de amor, de muchas personas, que en silencio entregan sus vidas para que otros tengan vida.

Pido perdón a quienes más sufren porque, aún no buscándolo, celebraré esta Navidad, desde mi egoísmo y comodidad. Y doy gracias por aquellos que me han enseñado lo que que es la Navidad. Lo que es tener esperanza en la desesperanza, lo que es amar en el medio del sufrimiento.

Para ti, que lees estas palabras...¡Que en estos días, y todos los días del año, descubras en lo pequeño y sencillo como nace la esperanza, y que en cada abrazo que des, ofrezcas sólo, un poco de amor, del que da sin pedir nada a cambio!

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